CITA CÉLEBRE


“To be loved is to be fortunate. To be hated is to achieve distinction”.

Mina Thomas Antrim Quotes



jueves, 10 de diciembre de 2009

PRESBICIA

Desde hace algún tiempo, demasiado para mi gusto, pero muy poco como para decir que sufro de una dolencia, he notado algunos cambios en mi capacidad visual. Debido a los signos inevitables de esta pequeña incapacidad, algunos conocidos, amigos, familiares, compañeros de trabajo y algún admirador, han tenido la delicadeza de recordarme que los años pasan y que eso representa, una muestra más de desgaste. Debido a los, cada día más frecuentes comentarios, busqué en Internet y me encontré con esta simple y breve definición científica de la famosísima Presbicia, cito textual:

“La presbicia es la dificultad para enfocar o ver nítidamente de cerca (leer un libro por ejemplo) debido a causas fisiológicas (envejecimiento del cristalino por la edad). Independientemente que el conducto del lagrimal esté más o menos sucio, al estar forzando constantemente por enfocar de cerca se produce ese enrojecimiento, el lagrimeo y el dolor de cabeza. Si quiere ver bien y no tener todas esas molestias, ya va siendo hora de usar gafas para cerca.”

Esta “dificultad” como se define a este desagradable defecto, también como se indica en el texto, provocado por un “envejecimiento” del cristalino, condición que obviamente va a la par con el resto de mi fisionomía, ha traído consigo una serie de efectos secundarios.

En primer lugar, las arrugas alrededor de mis ojos y bolsas debajo de ellos, se suman a las líneas de expresión en mi frente. La papada se me ha superdesarrollado al intentar alejar de mi vista cualquier escrito, haciendo un gesto de echar mi cabeza hacia atrás. Para qué mencionar las canas que se han multiplicado en forma inexplicable al ver los valores que debo pagar por una consulta al oftalmólogo, la receta de los cristales en la óptica y el impensable el precio de los marcos deliciosamente bien diseñados por algún italiano de moda.

Ni imaginar lo vergonzoso que es intentar leer la etiqueta de un producto en el supermercado, las emotivas líneas de la tarjeta escondida a medias en el ramo de flores que recibí para el día de la Secretaria, el comprobante de carga en mi tarjeta Bip al salir de la caja en el Metro, el inesperado mensaje de texto que recibí esta mañana en mi celular… sólo alcancé a leer el nombre de mi cuasi pareja, porque a estas alturas de mi vida no quiero escuchar a mis amigos decir que me creo de quince diciendo que tengo “pololo”. Y todo esto, por la poco atractiva e intelectual imagen que considero que adopto al momento de ponerme mis “gafas para leer”.

Lo único que me deja conforme y tranquila es que, a pesar de la Presbicia, mi nueva y querida compañera, aún hay cosas que debo hacer de muy cerca y para las cuales no necesito usar mis gafas…

No hay comentarios:

Publicar un comentario